La necesidad de incrementar la presencia femenina a todos los niveles
Los riesgos de la automatización, mayores para ellas
Más universitarias, pero no en títulos tecnológicos
Si seguimos rascando en la superficie del binomio mujeres y tecnología, surgen otros hándicaps que se extienden de la capa laboral a la pedagógica.
La presencia de las mujeres en la formación académica relacionada con los TIC es mucho inferior a la masculina, tal y como pone de relieve un estudio reciente de UGT sobre Mujer y Tecnología. Y todo ello a pesar de que el 60 % de las personas matriculadas en estudios superiores en España son mujeres. Sin embargo, su proporción en Ingeniería de computadores apenas alcanza el 10 %, el 12 % en Desarrollo de software o aplicaciones, el 13 % en Informática o el 17 % en Ingeniería electrónica. Tan solo encontraríamos cierta paridad en Nanotecnología, con un 42 % de presencia femenina, Ingeniería de diseño industrial y desarrollo del producto, 49 %, y Matemáticas, 41 %.
Tan solo el 13 % de las personas matriculadas en Informática son mujeres y en el campo de la IA su presencia es del 0,5 %
Según el informe Brecha digital de género de 2023, elaborado por el equipo de trabajo del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, también existe una importante brecha en las titulaciones de Formación Profesional relacionadas con la informática. Por ejemplo, en el FP de grado medio de Sistemas microinformáticos y redes, el 7,1 % de personas matriculadas son mujeres. Y ellas representan tan solo el 17,8 % de la población ocupada con formación STEM en nuestro país.
Baja representación femenina en sectores punteros
Alineado con el punto anterior se encuentra el siguiente: la subrepresentación de las mujeres en sectores punteros y con vocación de crecimiento a lo largo de esta década, como el energético o los tecnológicos. Así, según el citado informe, el porcentaje de mujeres empleadas en empresas de carácter tecnológico no llegaba en 2021 ni al 20 %, una cifra parecida a la de 2013. Y tan solo un 0,5 % se dedica al campo de la Inteligencia Artificial.
El estudio Mujeres y Digitalización. De las brechas a los algoritmos, editado por el Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, cuyas autoras son Milagros Sáinz y Lidia Arroyo, del Internet Interdisciplinary Institute, Universitat Oberta de Catalunya, así como Cecilia Castaño, de la Universidad Complutense de Madrid, proporciona algunos datos concluyentes. Por ejemplo, señala que sólo un 12 % de las personas que participan en el desarrollo de innovaciones trascendentes para nuestro futuro (como los coches autónomos o el reconocimiento facial gracias a la IA o al Machine Learning) con capacidad de decisión de alto nivel son mujeres.
El porcentaje de mujeres empleadas en empresas de carácter tecnológico no llegaba en 2021 ni al 20 % en España
Pero hay más: la presencia femenina se limita a un 11,95 % del personal que investiga sobre IA en Microsoft y a un 15,66 % en IBM. Y las cifras no mejoran cuando nos referimos a la creación de contenidos. En Wikipedia, las mujeres solo suponen el 12 % de las personas que generan contenidos en castellano.
Liderazgo y techo de cristal en el ecosistema tech
La ocupación de puestos de liderazgo en todos estos campos es otro tema peliagudo. En ellos, la brecha de género y el denominado techo de cristal se sienten con fuerza cuando una mujer trata de optar a un puesto directivo. De hecho, a muchas de ellas se les priva de un plan de carrera profesional con vistas a lo más alto. Diversos estudios estiman que dos de cada tres empresas de telecomunicaciones de Europa no cuentan con mujeres entre sus equipos directivos. Y según el informe Mujeres e Innovación 2022 elaborado por el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación (OMCI), solo un 30,5 % de los equipos tecnológicos cuenta con una mujer asumiendo el rol de liderazgo.
Y todo ello cuando escasean los perfiles tecnológicos en España. El informe Tech Cities 2022 de Experis señala que nuestro país debería incorporar al menos 120.000 mujeres con un perfil TIC al mundo laboral. El coste de oportunidad de no hacerlo sería cuantioso, dado que de la presencia femenina depende el desarrollo de sectores clave para el futuro económico y que se han convertido en grandes demandantes de mano de obra.
Si a todo lo anterior sumamos al brecha salarial, una mayor prevalencia de contratos temporales o a tiempo parcial entre las mujeres, los episodios de discriminación y desigualdad en los centros de trabajo, etcétera, el ecosistema tecnológico no parece muy proclive a la inclusión de las mujeres.
Solo un 30,5 % de los equipos tecnológicos cuenta con una mujer asumiendo el rol de liderazgo
No en vano las Naciones Unidas celebraba el pasado año la sexagésima sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en torno al género y la tecnología, justo antes de que tenga lugar el Pacto Digital Mundial, durante la Cumbre del Futuro de septiembre de 2024, con el fin de llamar la atención sobre la necesidad de situar a las mujeres en el centro de la innovación.
ZYLK apuesta por reducir la brecha de género en el sector
Las tecnologías no son un fin en sí mismo, constituyen una palanca de cambio hacia el progreso. Así que, deberían servir para dotar a las mujeres de las herramientas que necesitan para alcanzar una plena igualdad. En un escenario como el actual, donde se incentivan los grupos multidisciplinares y diversos por la enorme riqueza que supone la diversidad en térmicos de innovación y creatividad, que la mujer sea excluida del ámbito tech parece, cuanto menos, contraproducente.
Es precisamente la que se conoce como tercera brecha digital la que imposibilita que las mujeres alcancen todos los beneficios derivados del uso de las herramientas digitales, aquellos que permiten su plena participación en la sociedad y empoderamiento, tal y como recoge el estudio Mujeres y Digitalización. De las brechas a los algoritmos, y por supuesto su empleabilidad.
El 50 % de las plantillas tendrán que haber actualizado sus capacitaciones antes de 2025 para poder seguir siendo «empleables»
No debemos olvidar que entre las skills o capacidades que ha de abrazar toda persona profesional de ahora en adelante figuran las competencias digitales. Estas representan un condición previa a la capacidad para afrontar y asumir el cambio, la transformación. Desde el año 2020 han tomado mayor relevancia si cabe, siendo a menudo citadas por diferentes organismos como el Foro Económico Mundial.
1. Mayor capacitación
Las habilidades digitales son, junto a las analíticas, el pensamiento crítico, la capacidad de resolución de problemas, la autogestión, el aprendizaje activo, la capacidad de recuperación o la flexibilidad las competencias del futuro, aquellas que permiten moverse en un escenario de disrupción tecnológica con soltura. Presentar una elevada cualificación tendrá que ver con presentar estas condiciones como competencias profesionales estratégicas.
Así que, una de las claves para reducir la brecha de género en el ecosistema de la tecnología pasa por diseñar programas estratégicos que permitan a las mujeres adoptar las habilidades necesarias para ello.
Las claves que reman a favor de la igualdad en el sector son la concienciación, el liderazgo inclusivo, el cambio cultural en las empresas, la capacitación, la flexibilidad laboral y el uso de la tecnología a fin de evitar los sesgos
El FEM estimó en 2020 que de cara a 2025 el 50 % de las plantillas tendrían que reciclar sus habilidades y conocimientos para adaptarse a la transformación empresarial que traerá consigo la completa digitalización de las organizaciones. Que la alta presencia de mujeres sea una constante en las acciones de capacitación será un primer paso para lograr su inserción en este ámbito.
2. Tecnología para la igualdad
Por otro lado, deberíamos poner la innovación de parte de la igualdad con el fin de construir una sociedad más justo, de eso se trata al fin y al cabo, de contribuir al progreso de las sociedad, así que las entidades deberían comenzar a confiar en herramientas tecnológicas sus procesos.
Concienciación, liderazgo inclusivo, cambio cultural en las empresas, capacitación, flexibilidad laboral y uso de la tecnología a favor de la igualdad: se trata solo de algunos aspectos que deberían trabajarse para que la inserción de la mujer sea real en el mundo de la tecnología y la innovación. En otras palabras, posibilitar la inclusión de la perspectiva de género en todas las capas que atañen a los ecosistemas I+D+i .